miércoles, 27 de julio de 2016

Cómo se fabrica un lápiz


Hoy he encontrado un video maravilloso que muestra el proceso de la fabricación de los lápices .
Quedé impactada al ver todos los pasos desde el inicio hasta  el final en la la producción de este tan noble instrumento que usamos docentes, alumnos, dibujantes, y múltiples oficios y profesiones.

El enlace al vídeo es este: 



Como siempre busqué en internet una poesía, una pieza literaria que se refiriera a este sublime útil y que enmarcara el mencionado video.
Así fue que llegué hasta el sitio del Sistema de Bibliotecas de la Universidad de Antioquía en el cual a modo de homenaje al lápiz organizaron una exposición colectiva de dibujantes .Asimismo para acompañar el catálogo eligieron  un texto relativamente amplio del escritor mexicano Vicente Quirarte sobre el lápiz: "Esquema para una oda al lápiz"

Va copia textual del mismo con cita al final de la fuente del sitio.

"Esquema para una oda al lápiz"

Por Vicente Quirarte (México)

Nunca agradeceremos suficientemente el genio de Nicolas-Jacques Conté (1755-1805). Además de ser comandante de un batallón de globos de Napoleón Bonaparte, se daba tiempo para inventar instrumentos de precisión y escribir eruditas monografías sobre Egipto. El lápiz es hijo directo de la Revolución francesa. Un año después de la toma de La Bastilla, Conté descubrió que mezclando el grafito con cierta clase de arcilla, y sometiendo ambos elementos al fuego, se obtenía un instrumento de escritura cuya consistencia dependía de la cantidad de mineral que se le pusiera. Conté no vivió para ver la gran industria del lápiz, pero los lápices que aún llevan su nombre sirvieron a Edgar Degas para situar a sus bailarinas en medio de la atmósfera de bruma que las vuelve tan próximas y lejanas.
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Pocos instrumentos como el lápiz nos acompañan durante tantos años de nuestra vida. Su presencia está vinculada a nuestras primeras y más profundas sensaciones: el lápiz recién afilado, su madera limpia y generosa en el salón de clases era bálsamo salvador para los lunes. El sonido de los lápices: su música al chocar unos con otros sus maderas en el interior de la mochila. Los tres sabores del lápiz: amargo el de la goma que mordisqueamos durante los primeros minutos del examen; frío y ácido el del metal conque continuamos; cálido y más próximo el del lápiz propiamente dicho. Para los psicólogos infantiles, el del lápiz es termómetro de fobias y autocontroles. Habrá que desconfiar del niño que conserve su lápiz sin mordeduras, con la goma a salvo del sacrificio. Será sin duda muy ordenado, escribirá con la mejor caligrafía, preferirá a Descartes sobre Pascal y será sujeto susceptible de ser engañado por su futura esposa.
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Una poética del lápiz debe tomar en cuenta los sonidos peculiares de cada uno: diferente es el sonido del lápiz HB sobre papel con fibra de algodón, que el de una puntilla 3H sobre papel Albanene. De igual modo, se haría necesario un Manual de gradaciones, que recomiende el tipo de lápiz que debe utilizarse para determinada intención. Martín Luis Guzmán escribía a lápiz porque sentía que ese sonido íntimo del grafito contra el papel no turbaba por completo el silencio de la noche. Quizá por eso su prosa corre con una fluidez dancística que no hubiera dado la marcha (Paul Valéry) dictada por la máquina de escribir. Juan Ramón Jiménez distribuía estratégicamente por toda su casa lápices recién afilados, para atrapar en el aire a la belleza en cuanto esta se dignara a aparecer.

Se recomienda un lápiz HB para los primeros esbozos del poema: todo en el lápiz suave es dócil, como niña que sale a patinar tras la primera helada; es un placer tachar con él la palabra que no encaja, el adjetivo traidor. Se sugiere un lápiz duro para la carta en que demos el amor por terminado: el sonido breve y cortante de cada letra nos dará la sensación de que en verdad creemos en nuestra firmeza, y nos dará el valor suficiente para no borrar las palabras ofensivas, consuelo ilusorio del herido.
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Los alemanes perfeccionaron la técnica de fabricación del lápiz, y los artistas franceses de mitad del siglo XIX se apresuraron a hacer con ellos sus respectivos manifiestos: Jean-August Dominique Ingres logra, mediante el lápiz duro, dibujos impecables, en la línea del mejor Holbein. En contraste, Eugene Delacroix se vale del lápiz suave para su trazo libre y nervioso, presagio de la inevitable revolución impresionista. Rector lo mismo del orden riguroso que de la pasión desbordada, el lápiz es “esbelto albañil” del dibujo, como dijo Rafael Alberti del pincel respecto a la pintura.
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“Dejar quisiera / mi verso, como deja el capitán la espada: / famosa por la mano viril que la blandiera, no por el docto oficio del forjador preciada”, escribe Antonio Machado en su poema autobiográfico. 

Al igual que la espada o la lengua, es posible heredar una pluma, conservarla a lo largo de los años. Se dice la lengua de Cervantes como se cita la buena pluma de Garcilaso. Difícilmente recibimos un lápiz por herencia. Si así ocurre, antes que despreciar su vida efímera, repacemos su historia: pensemos en que su grafito ha tenido que mezclarse con arcilla y agua, y ha sido necesario elevar los ingredientes a temperaturas superiores a los mil grados centígrados; que se han elegido maderas resistentes y al mismo tiempo dúctiles para alojar la puntilla debidamente lubricada; que el gigantesco paso de colocarle una goma en el extremo lo dio en el año 1857 Hyman L. Lipman en la ciudad de Filadelfia. Por todo eso, goza su simetría y su peso, huele a su madera y antes de sacarle punta recuerda que un lápiz nuevo es una forma de dicha.

(Vicente Quirarte en Enseres para sobrevivir en la ciudad, Editorial Norma, Bogotá, 1994, pp. 13-17).

Dibujar es como hacer un gesto expresivo con la ventaja de la permanencia.
Henri Matisse
Un dibujante es una persona que tiene que dibujar lo mismo día tras día sin repetirse.
Charles M. Schulz





lunes, 11 de julio de 2016

El cine en la educación,



Enlace a excelente sitio sobre recursos de cine  para la educación 

Se copia textual un extracto de la página:

"Estás en una página Web que une innumerables elementos, qué se puede hacer con el cine en la educación, aprender de cine, educomunicación, educación popular y comunicación, alfabetización mediática... Destinada a quienes deseen aprender de cine, de tecnología de la educación, de didáctica del cine, de la enseñanza del cine y del cine en la enseñanza."


Se divide en cinco grandes apartados:
1. Aprender de cine
Desde la historia, el lenguaje cinematográfico y las tendencias del cine hasta personajes importantes del cine y otros temas de interés. Se puede entrar en el mundo del cine durante horas.

2. La educación en el cine
Los grandes temas de la educación llevados  a la pantalla. Estudios, datos y sugerencias didácticas sobre las películas más importantes en ese tema.

3. Grandes temas en el cine.
 En este apartado se incluyen algunos temas importantes que el cine ha tratado. Con sugerencias didácticas, listas de películas, reseñas...

4. Cosas de cine
Personajes importantes del cine, lecturas de cine, iniciación para hacer cine en vídeo en las aulas...
5. Unidades didácticas


Los  datos, referencias y sugerencias para utilizar en las aulas que se aportan en este sitio, están destinados tanto a colegios como universidad, centros educativos de adultos y tercera edad, centros culturales, organizaciones juveniles, cine club o cualquier otra entidad en la que se forme a personas. Es una página que estará permanentemente en avance. Si quieres dar sugerencias y opiniones, dirígete al autor.
Está pensada para uso de educadores, de gestores culturales, de interesados en el cine, de tecnólogos de la educación y de quienes desean investigar en el mundo del séptimo arte. Es un espacio en constante evolución en el que se amplían informaciones y se añaden temas y contenidos de todo tipo ligados al mundo del cine y a su relación con la educación.
Los textos y los dibujos están a tu disposición, pero si vas a publicarlos o utilizarlos debes solicitar autorización al autor y citar la fuente.

Página, texto y mantenimiento realizados por
© Enrique Martínez-Salanova Sánchez











domingo, 3 de julio de 2016

Jura popular de la Independencia Crónica del oficial sueco Jean Adam Graaner.

Jura popular de la Independencia
Entusiasta crónica del oficial sueco Jean Adam Graaner.


Hemos recordado otras veces que un capitán del Estado Mayor de Suecia, Jean Adam Graaner (1782-1819), enviado del príncipe Bernadotte, estuvo en Tucumán en julio de 1816, es decir durante los días en que se juró la Independencia. El voluminoso informe del viaje, elevado posteriormente a Bernadotte, abarcaba todo el territorio de las Provincias Unidas. Su texto fue traducido y publicado por José Luis Busaniche en 1949. 



En una de las varias páginas que dedica a Tucumán, Graaner describe la ceremonia del juramento popular de la Independencia. Este se realizó dos semanas después de la declaración de los congresales, el 25 de julio de 1816, en la zona de la ciudad donde había ocurrido la famosa batalla de 1812. Concurrió al acto "un pueblo innumerable", narra. "Más de cinco mil milicianos de la provincia se presentaron a caballo, armados de lanza, sable y algunos con fusiles; todos, con las armas originarias del país, lazos y boleadoras". Comentaba que la descripción de las boleadoras "me obligaría a ser demasiado minucioso, pero tengo ejemplares en mi poder".
Su vivaz crónica seguía. "Las lágrimas de alegría, los transportes de entusiasmo que se advertían por todas partes, dieron a esta ceremonia un carácter de solemnidad que se intensificó por la idea feliz que tuvieron de reunir al pueblo sobre el mismo campo de batalla donde cuatro años antes las tropas del general español Tristán fueron derrotadas por los patriotas". En ese lugar "juraron ahora, sobre la tumba misma de sus compañeros de armas, defender con su sangre, con su fortuna y con todo lo que fuera para ellos más precioso, la independencia de la patria".



Aseguraba Graaner que "todo se desarrolló con un orden y una disciplina que no me esperaba. Después de que el gobernador de la Provincia (se refiere al coronel Bernabé Aráoz) dio por terminada la ceremonia, el general Belgrano tomó la palabra con mucha vehemencia, prometiendo el establecimiento de un gran imperio en la América meridional, gobernado por los descendientes -que aún existen en el Cuzco- de la familia imperial de los Incas".


Fuente: reproducción textual del Blog la Gaceta 
Texto redactado  Por Carlos Páez de la Torre (h) - Redacción 

http://www.lagaceta.com.ar/nota/290788/informacion-general/jura-popular-independencia.html

En otro Blog se reproduce la biografía y algunos capítulos del libro:


Ir a estos enlaces: 
Biografía:
www.argentinahistorica.com.ar/autores

Capítulos:
http://www.argentinahistorica.com.ar/



Declaración de Independencia de la Argentina


Se reproduce citando la fuente una reseña de los acontecimientos que culminaron con la Declaración de la Independencia el 9 de julio de 1916.

"La Declaración de Independencia de la Argentina



Congreso de Tucumán, por Francisco Fortuny.


La Declaración de Independencia de la Argentina fue una decisión tomada por el Congreso de Tucumán que sesionó en la ciudad de San Miguel de Tucumán de las entonces Provincias Unidas del Río de la Plata.

Con dicha declaración se hizo una formal ruptura de los vínculos de dependencia política con la monarquía española y se renunció a toda otra dominación extranjera. Fue proclamada el martes 9 de julio de 1816 en la casa propiedad de Francisca Bazán de Laguna, declarada Monumento Histórico Nacional en 1941.

En 1814, el rey Fernando VII regresaba al trono de España. Esta situación les quitó argumentos de acción a los hombres que habían iniciado la Revolución de Mayo e instaurado la Primera Junta bajo la premisa de la Máscara de Fernando VII. Ya no podían actuar en nombre del rey de España porque éste volvía a estar en el poder efectivo. España quería reconquistar sus colonias. Los realistas (los partidarios del colonialismo) habían triunfado en Sipe-Sipe, Huaqui, Vilcapugio y Ayohuma y eran fuertes en el Alto Perú actual Bolivia. Desde allí pensaban atacar las bases de los independentistas, ya entonces al mando de José de San Martín, e invadir todo el territorio de Argentina teniendo como objetivo la ciudad de Buenos Aires.

El 15 de abril de 1815, una revolución terminó con el gobierno unitario de Carlos María de Alvear. Los revolucionarios exigieron la convocatoria de un Congreso General Constituyente. Inicialmente se enviaron diputados de todas las provincias iniciando las sesiones el 24 de marzo de 1816. Cada delegado representaba 15.000 habitantes.

El Congreso se inició el 24 de marzo con la presencia de 33 diputados. Según la decisión de los propios delegados, la presidencia del Congreso era rotativa y cambiaba cada mes.

Varios territorios que habían pertenecido al Virreinato del Río de la Plata no pudieron hacer llegar sus representantes, incluyendo las provincias del Alto Perú que habían recaído ante los realistas. Salvo Córdoba, las provincias de la Liga Federal (Banda Oriental, Corrientes, Entre Ríos, Misiones y Santa Fe) resolvieron no concurrir al Congreso de Tucumán como señal de protesta hacia el Directorio (unitario y pro monárquico) por la no ratificación del Pacto de Santo Tomé, firmado el 9 de abril, por el que éste había reconocido la autonomía de Santa Fe.2

En cuanto al Paraguay, tal territorio actuaba como un estado independiente desde el año 1811, en que se había independizado de España, ante las actitudes hipercentralistas de los sucesivos gobiernos establecidos en Buenos Aires. Los territorios de la Patagonia, Comahue y el Gran Chaco se encontraban bajo el dominio indígena o deshabitados.

En una de sus primeras decisiones, el Congreso nombró Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata a uno de sus diputados, el general Juan Martín de Pueyrredón.

Durante varias semanas se discutieron los alcances de sus atribuciones y su funcionamiento interno, además de tomar decisiones de política nacional e internacional. El cuerpo tenía la facultad de intervenir en casi todos los asuntos que se presentaban a su consideración, lo que provocó interminables debates.

La presión de algunos de sus miembros, y de influyentes dirigentes nacionales —entre ellos el general José de San Martín, gobernador de la Intendencia de Cuyo— hizo que se iniciara la discusión sobre la Declaración de Independencia.

La votación finalmente se concretó el 9 de julio. En ese momento presidía el cuerpo uno de los representante de San Juan, Francisco Narciso de Laprida. Ningún país reconoció en ese momento la independencia nacional.

Las discusiones posteriores giraron en torno de la forma de gobierno que debía adoptarse para el nuevo Estado. La situación de guerra abierta con la monarquía española y la creciente injerencia del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve hizo que, tácticamente, muchos de los que podían tener simpatías por el federalismo, decidieran abroquelarse monolíticamente en una especie de "unitarismo" coyuntural ante los ataques externos.

Las labores del Congreso continuaron en Buenos Aires, donde comenzó a deliberar a principios de 1817, y donde sancionó la Constitución Argentina de 1819. El Congreso fue disuelto en 1820, tras la derrota del Directorio en la batalla de Cepeda, que marcó el inicio de la Anarquía del Año XX.

Declarada por el Congreso de las Provincias Unidas en Sudamérica.

En la benemérita y muy digna ciudad de San Miguel de Tucumán a nueve días del mes de julio de 1816: terminada la sesión ordinaria, el Congreso de las Provincias Unidas continuó sus anteriores discusiones sobre el grande, augusto y sagrado objeto de la independencia de los pueblos que lo forman. Era universal, constante y decidido el clamor del territorio por su emancipación solemne del poder despótico de los reyes de España, los representantes sin embargo consagraron a tan arduo asunto toda la profundidad de sus talentos, la rectitud de sus intenciones e interés que demanda la sanción de la suerte suya, pueblos representados y posteridad. A su término fueron preguntados ¿Si quieren que las provincias de la Unión fuese una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli? Aclamaron primeramente llenos de santo ardor de la justicia, y uno a uno reiteraron sucesivamente su unánime y espontáneo decidido voto por la independencia del país, fixando en su virtud la declaración siguiente:





"Nos los representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reunidos en congreso general, invocando al Eterno que preside el universo, en nombre y por la autoridad de los pueblos que representamos, protestando al Cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justicia que regla nuestros votos: declaramos solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad unánime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que los ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojados, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando séptimo, sus sucesores y metrópoli. Quedan en consecuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas, y cada una de ellas, así lo publican, declaran y ratifican comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, baxo el seguro y garantía de sus vidas haberes y fama. Comuníquese a quienes corresponda para su publicación. Y en obsequio del respeto que se debe a las naciones, detállense en un manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración." Dada en la sala de sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con el sello del Congreso y refrendada por nuestros diputados secretarios.

El 19 de julio, en sesión secreta, el diputado Medrano hizo aprobar una modificación a la fórmula del juramento, con la intención de bloquear algunas opciones que se contemplaban en aquel momento por las que se pasaría a depender de alguna otra potencia distinta a la Española. Donde decía «independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli», se añadió:

"...y toda otra dominación extranjera"

Firmantes de la Declaración de la Independencia

Presidente

Francisco Narciso de Laprida, representante por San Juan

Vicepresidente

Mariano Boedo, representante por Salta

Secretarios

José Mariano Serrano, representante por Charcas

Juan José Paso, representante por Buenos Aires

Diputados

Por Buenos Aires

Dr. Antonio Sáenz

Dr. José Darragueira

Fray Cayetano José Rodríguez

Dr. Pedro Medrano

Dr. Esteban Agustín Gascón

Dr. Tomás Manuel de Anchorena

Por Catamarca

Dr. Manuel Antonio Acevedo

Dr. José Eusebio Colombres

Por Córdoba

Eduardo Pérez Bulnes

José Antonio Cabrera

Lic. Jerónimo Salguero de Cabrera y Cabrera

Por Jujuy

Dr. Teodoro Sánchez de Bustamante

Por La Rioja

Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros

Por Mendoza

Tomás Godoy Cruz

Dr. Juan Agustín Maza

Por Salta

Dr. José Ignacio de Gorriti

Por San Juan

Fray Justo Santa María de Oro

Por Santiago del Estero

Pedro Francisco de Uriarte

Pedro León Gallo

Por Tucumán

Dr. Pedro Miguel Aráoz

Dr. José Ignacio Thames

Por Mizque

Pedro Ignacio Rivera

Por Charcas

Dr. Mariano Sánchez de Loria

Dr. José Severo Malabia

Por Chichas (incluyendo a Tarija)

Dr. José Andrés Pacheco de Melo

En esa sesión no estuvieron presentes cuatro diputados:

el coronel José Moldes (Salta), que se encontraba detenido en Salta;

el coronel Juan José Feliciano Fernández Campero (Chichas), que estaba al mando de tropas en el frente de combate;

el presbítero Miguel Calixto del Corro (Córdoba), que estaba realizando una misión diplomática ante José Artigas.

el diputado Juan Martín de Pueyrredón (San Luis), que había viajado a Buenos Aires para asumir el cargo de Director Supremo."



Fuente:Blog CEDICUPO